No hacer nada. No hay garantía alguna de que el mercado subirá el primer día, al mes, o aún al año de realizada la inversión. Pero sí existe la garantía de que no hacer nada no te permitirá disfrutar de un retiro seguro y tranquilo.

Posponer la inversión. Es lo que sigue al error de no invertir. Cuanto antes comiences mejor.

Invertir antes de saldar deudas. Si tienes dinero en tu cuenta de ahorro y una deuda en por tu tarjeta de crédito, cancélala primero. Muchas tarjetas de crédito tienen un interés anual altísimo.

¡No rechazar dinero! Nunca rechazarías dinero si te lo ofrecieran. Pues éso es lo que haces si la compañía te ofrece un plan de ahorros de retiro y lo rechazas. Toma ventaja de todo los programas que ofrezca tu empleador.

Determinar tu perfil de inversor. No todos pueden realizar el mismo tipo de inversión. Debes ver primero qué tipo de inversor eres, si más o menos arriesgado.

Evitar errores comunes. No cometas el error de pensar que la lotería, tus joyas, u objetos antiguos te servirán para un retiro el día de mañana.

Pensar en la mejor inversión. Creemos que la mejor manera de invertir es a largo plazo. Elige bien tus inversiones y luego disfruta de las ganancias.

Apostar a lo seguro. Si eres joven, la mayor parte del dinero que inviertes debería estar colocado en la Bolsa. Tienes tiempo para sobrevivir a las bajas del mercado, y de beneficiarte de las ganancias a largo plazo.

Aunque es probable que ahora desees invertir en bonos, más tarde cuando dependas de tus inversiones para recibir un ingreso, verás que es más seguro invertir en acciones.

Invertir a corto plazo. Sólo invierte dinero a corto plazo si necesitas una ganancia inmediata. Invierte en la bolsa el dinero que no necesitarás por lo menos en tres años, o mejor, cinco años o más.

Si necesitaras el efectivo al año siguiente para efectuar el pago de una casa, o un viaje de vacaciones, realiza una inversión a corto plazo, como por ejemplo en el mercado de dinero.